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Voy a empezar siendo clara con este álbum es para escucharlo y observarlo, ¿por qué observarlo? Porque debes caminar desde la introspección para entender una conexión que verdaderamente arrastra la esencia de Sol Sistere de principio a fin.

¿Qué sería de la música si no pudiera expresar lo que sentimos? Si no fuera ese espejo donde se refleja en soledad, cada uno de nuestros cuerpos en sintonía con la misma expresión sincera que ejerce cada nota, desde las cenizas de una vida a medias que arrastra todo el recuerdo de un pasado, se presenta como nudo en la garganta, que expresa un grito lejano de lamentos, ese que contrasta con el espesor de los recuerdos y la conciencia.  

El primer vistazo que tengo de este álbum es que acude a un proceso de catarsis, que congenia con esos pasajes melancólicos referentes al proceso de separación de lo cotidiano, de lo común; una desolación que abastece cada espacio con una tendencia helénica hacia la muerte. 

En The Shimmer Part I, ves la puerta que te dirige al enfrentamiento, aun no sabes, pero hay un miedo que te aferra a la indecisión si de volver, esconderte, o continuar.  Caminas por suelos inestables, tienes recuerdos que van pasando sobre ti como si fueran entes. Te paralizan ráfagas de lo que estas a punto de enfrentar, una entrada sin retorno al basto espacio de la mente.

The Narrow Path es la vida, donde conviven y se encuentran los miedos con los fracasos, la odisea por un sentido y la continua necesidad de encontrarlo entre la futilidad,  aquí se unen  y explotan entre sentimientos puros, fuertes y precisos expresados musicalmente,  lo que es el ser humano desde la  mente que es una casa, hasta el basto espesor de montañas, mares  y el viento, ese que arrastra y expande una creación que va  creciendo, en un suelo humedecido por el sufrimiento de la existencia, el que ahoga. En particular, debo admitir que los estado humanistas de confrontación de la realidad que indiscutiblemente pone a grito la vitalidad del ser humano y su necesidad de no ser, pero que aún consciente de que al final esa nada es donde todo se encuentra, en este álbum se manifiestan.  Es la desolación desde un contexto que va más allá del quedarse en un aspecto del sufrimiento, desgarrando ese semblante de una vida que recuenta día por día su primera o múltiples caídas, pero que al final llega al mismo camino, que es vacío, pero puede esconder un propósito de conciencia e interconexión con todo lo que está vivo, y está aquí, siendo parte del mismo ser humano.

Todo se quema a modo de inexistencia cuando hay que desaparecer para resurgir desde el campo de unas cenizas que abonan el suelo, y que resurgen en árboles. Ashes es la etapa transitoria donde ese ente se transforma en lo sublime y eterno,  que se renueva constantemente en diferentes formas y que está en todo, esta pieza es la interconexión del sentido de este álbum. No es imposible comprender lo desgarrador que atraviesa por el fuego a ese cuerpo, hasta que, en el final de esta pieza, queda ya apagado, pero con capacidad de ser esparcido. Una pieza constante de diez minutos con nueve segundos, te hace contemplar una transición desde lo corpóreo hacia lo sutil.

La grandeza de ser humano se encuentra en sí mismo, ahí adentro siempre cuando puede contemplarse desde el ser y la nada, desde lo inocuo y el vacío.  Desde su característica base atmosférica Sol Sistere nos conecta con sus raíces continentales, del Chile Andino, donde se encuentran los Nothofagus, de naturaleza viajera y evolutivamente fuerte. Desde el Centro Sur de Chile, a través de esta canción, el álbum se hace notar como una especie de redención humanista y de conexión sobre todo ente que se encuentra desde las aguas hasta el basto campo abierto de bosques, considerando a su vez un culto, veneración de la tierra fértil.

Black Mass nos recuerda la consolidación del conocimiento desde la tierra, Desde el ritual de una oscuridad que no impide al ser su transformación, sino que lo empuja a crear desde el poder del interior, como si en claves, nos demostrara las ramas de ese árbol de la vida y muerte. Otra vez hablan desde la cavilación del ser humano hacia una liberación propia.

Veo a The Shimmer Part II como el recuerdo de que todo es un ciclo donde hay unas leyes infinitas como si de retorno y recurrencia se tratara, de una visualización constante y un abandono que no cesa, porque el apego no se puede hacer sujeto, obra y dueño de nuestra energía.

Unspoken Verb se extiende con fuerza desde la voz hasta el sonido de cada instrumento haciendo presencia como el que llega fuerte, cauto y preciso, preparado para dominar y ser en el espacio, todo.

La ultima canción Sol Sistere es el despertar en el reconocimiento del ser individual, junto a un inicio entre la calma que presenta cierta desolación, apacible, pero no discreta, constructora a su vez de innumerables universos. ¡Entonces eso es! lo que quieren decir es que es un trayecto desde la muerte de aspectos del yo que acuden a una redención personal como el originado a través de la muerte, pero esto solo se llega desde un sentido de retirada, desde una purgación agonizante.

En verdad el álbum habla del proceso de liberación del cual es objeto el individuo para adquirir esa redención que empieza con un sentimiento premeditado de desapego por la vida, básicamente al suicido, porque hay que tocar el fondo del mar para poder elevar un estado de conciencia, y en verdad el árbol habla mucho sobre la conexión entre arriba y abajo, o sea la perfecta conjunción del espacio que se hace propicio para una evolución.

Ahora bien, lo que tal vez todos estaban esperando de esta reseña, el aspecto técnico de la composición musical detrás de esta pieza única.

En este álbum, la batería tiene un peso interesante con la tarola seca o redoblante,  poco uso de bordonera, la guitarra con un sonido limpio y acordes melancólicos que dan una profundidad a la pieza, la voz roza el sonido del Black Metal pero con sonoridad más modernos y limpios, tiene algo de bandas como Alcest u Opeth con atmosferas más lúgubres pero que tiene que se abraza con la melancolía, una tendencia del Post Black marcada con sonidos atmosféricos que dan la presencia de sostenibilidad de la guitarra, como si fuera arrastrada por el viento, muy habido de rememorar conceptos como los de Aural. La batería suena muy natural; tiene bastante room, aunque el bajo se siente algo enterrado se agudece y deja percibir su reverberación, con una parsimonia que puede no notarse y reaparecer con más fuerza, en especial en los últimos segundos de algunas de las piezas, el baterista usa pocos contratiempos y síncopas, pero considerando con rudeza y notoriedad su encaje dentro de la atmosfera.

En verdad todo el trabajo conceptual de esta banda merece ser recordado, no solo por sus aspectos musicales sino por su capacidad de mostrar una identidad única y fuerte. Sin lugar a dudas es difícil decir un número, quiero que ustedes lo pongan por mi luego de escucharlo, yo daré una aproximación, como la que da la vida cuando recorremos este camino, corto, angosto y preciso. 9-10

Por Melissa Rod

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